Desde la entrada en vigencia del Reglamento 44843-S del Ministerio de Salud, este 9 de julio, la industria de la construcción en Costa Rica ha enfrentado un nuevo conjunto de retos y responsabilidades. Este reglamento, enfocado en la gestión integral de residuos de construcción y demolición (RCD), impone nuevas obligaciones tanto para proyectos de gran escala como para pequeñas remodelaciones.
Pero, ¿qué implica realmente este cambio para los proyectos en curso y los que están por desarrollarse?
🧱 Lo que dice el reglamento
El reglamento establece que todos los generadores de residuos de construcción deben responsabilizarse por la gestión adecuada de los mismos. Esto incluye:
- Clasificación de residuos en sitio.
- Elaboración de un plan de manejo de residuos.
- Disposición en sitios autorizados.
- Registro de los residuos transportados y su trazabilidad.
- Contratación de gestores certificados.
Además, los permisos municipales y del CFIA ahora exigen evidencia de cumplimiento de este reglamento para ser aprobados o renovados.
🏗️ ¿Cómo enfrentarlo en proyectos grandes?
Para proyectos de construcción de gran envergadura (residenciales verticales, centros comerciales, hoteles, infraestructura pública), el cumplimiento debe gestionarse desde el inicio. Algunas recomendaciones clave son:
- Incluir el plan de gestión de RCD como parte del expediente constructivo.
- Asignar un responsable interno o externo para supervisar la segregación y trazabilidad de los residuos.
- Incorporar cláusulas específicas en los contratos con subcontratistas relacionadas al manejo de residuos.
- Establecer convenios con gestores autorizados por el Ministerio para asegurar la trazabilidad y destino final.
- Capacitar al personal de obra sobre la correcta clasificación y disposición.
Una buena práctica es integrar esta gestión al sistema de control de calidad o de a seguridad ocupacional, para asegurar su seguimiento y mejora continua.
🧰 ¿Qué opciones tienen los pequeños proyectos o remodelaciones?
Muchos propietarios y pequeños contratistas se preguntan cómo cumplir si están haciendo una remodelación de cocina, una ampliación de vivienda o una demolición parcial.
La clave está en la proporcionalidad:
- Si el proyecto no requiere permiso municipal o CFIA, el reglamento no aplica en su totalidad, pero sí debe evitar el abandono o disposición ilegal de escombros.
- Para obras pequeñas, que sí deben tramitar permisos, lo ideal es:
- Hacer un plan básico de residuos (incluso como un anexo al formulario de solicitud).
- Contratar un transportista formal o gestor autorizado.
- Llevar registro fotográfico o de facturación como evidencia en caso de inspecciones.
Algunas municipalidades y empresas privadas ya están empezando a ofrecer soluciones compartidas de gestión de residuos para pequeñas obras, lo que representa una alternativa viable.
🔴 El riesgo de ignorarlo
No cumplir con el reglamento puede:
- Generar sanciones económicas y administrativas.
- Causar paralización de obras por parte del Ministerio de Salud.
- Dificultar la obtención de permisos futuros.
- Afectar la imagen de la empresa o profesional ante sus clientes.
✅ Conclusión: más que un requisito, una responsabilidad
El reglamento 44843-S vino a formalizar lo que debería ser una práctica básica: construir sin contaminar. Sí bien implica un cambio de cultura, también abre la oportunidad de profesionalizar más la industria, generar empleos en economía circular y reducir el impacto ambiental del sector.
Adaptarse es posible. Y hacerlo bien, además de evitar sanciones, construye una mejor reputación para el proyecto, el desarrollador y los profesionales involucrados.

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