Todo caos merece una buena metodología

El sueño de un proyecto hotelero perfectamente coordinado

Fue una de esas mañanas pesadas de obra. El polvo en el aire, un calor abrasador, los oficios esperando instrucciones que no llegaban. Me senté en una grada improvisada, tomé aire y, por un instante, cerré los ojos. Y ahí fue cuando lo soñé.

Soñé que todo estaba perfectamente alineado. Que desde el primer día, en lugar de planos cruzados y correos contradictorios, teníamos un modelo digital tridimensional donde cada ducto, cada columna y cada puerta ya estaba colocada con precisión quirúrgica. VDC, decían los ingenieros en mi sueño, y todo parecía tan claro, tan limpio, tan posible.

Soñé también con una gran mesa, donde nos sentábamos todos: arquitectos, diseñadores, contratistas, proveedores, hasta el mismo dueño del proyecto. Hablábamos con franqueza, hacíamos acuerdos justos, compartíamos riesgos y beneficios. Nadie escondía sus cartas, y todos sabíamos que el éxito no era de uno solo. IPD, susurraba alguien, y me invadía una calma que nunca había sentido en obra.

Entonces ese sueño avanzó, y vi el proyecto planificarse con una lógica desconocida. No como una montaña de tareas imposibles, sino como un flujo armonioso. Había un cronograma donde solo importaba lo esencial, la Cadena Crítica, y a su alrededor unos pequeños márgenes de protección. No eran excusas, eran respiros inteligentes. Todo tenía ritmo, zonas que avanzaban con cadencia, equipos que se movían como una coreografía precisa. TAKT, pensé, maravillado.

Y cuando creí que no podía soñar algo más perfecto, la obra empezó a construirse. Pero no había gritos, ni improvisaciones. Solo reuniones cortas, cronogramas y planos en las paredes, tarjetas con las tareas cumplidas y modelos que mostraban el avance en tiempo real. Había confianza, compromiso, equipos que se ayudaban entre sí. Todos sabían qué hacer y por qué. Last Planner, decía alguien con una sonrisa, mientras tachaba otra semana cumplida.

Soñé también con el final. Pero no uno atropellado ni lleno de listas interminables. Era un cierre sereno, con pruebas hechas a tiempo, con el operador ya involucrado, con un modelo digital que entregábamos como legado, no como trámite. Todo estaba listo para que el hotel abriera con la misma precisión con la que fue concebido. Lean Commissioning. BIM 4D + Control Visual. BIM As-Built. Palabras que en mi sueño tenían el sabor de lo posible.

¡Y justo cuando imaginaba la primera reserva confirmada, desperté!

El polvo seguía ahí. El caos también. Pero algo había cambiado.

Porque una vez que sueñas cómo puede ser un proyecto, ya no puedes seguir trabajando igual. Ese sueño se vuelve brújula, anhelo, dirección. Tal vez nunca será perfecto, pero ahora sé que hay otras formas. Que todo caos merece una buena metodología. Y que quizás, lo que soñé, es simplemente lo que debía ser.

He vivido de cerca el caos de las obras. Las decisiones de último minuto, los planos desactualizados, las respuestas que no llegan, las promesas que se rompen, los costos que se inflan. Viví el estrés de entregar una obra cuando todo parecía estar en contra: clima, proveedores, permisos, diseño. Por años intenté apagar incendios corriendo más rápido, siendo más duro, exigiéndome más. Pero entendí que la solución no estaba en hacerlo con más fuerza, sino con más inteligencia.

Fue así como llegué a conocer un conjunto de metodologías que transformaron mi forma de liderar proyectos: VDC, IPD, CCPM y TAKT. Herramientas que, lejos de ser modas o siglas complejas, se convirtieron en principios prácticos para trabajar mejor. Por eso, he querido contar esta historia, para explicar un poco en qué consiste cada una.

Planificación y Diseño Integrado

Construir el proyecto antes de construirlo

La etapa de planificación suele subestimarse, pero es donde se gana o se pierde el proyecto. En esta fase, aplicamos el enfoque de VDC (Virtual Design and Construction) desde el primer día. Desarrollamos un modelo BIM 3D con todos los sistemas constructivos, no como adorno visual, sino como una herramienta crítica para detectar interferencias, validar decisiones de diseño y asegurar que lo que se dibuja se pueda realmente construir.

Luego, como segundo pilar tenemos el IPD (Integrated Project Delivery), que nos obliga a “sentarnos todos a la misma mesa”: arquitectos, ingenieros, contratistas, proveedores clave y el cliente. Con acuerdos de beneficio compartido, definimos juntos los objetivos del proyecto, alineamos intereses y trazamos una matriz clara de responsabilidades y riesgos. Esa colaboración temprana evita muchos conflictos posteriores.

Planificación Ejecutiva y Estrategia de Producción

Donde el diseño toma ritmo y el ritmo se convierte en sistema

Aquí es donde entra el juego de la precisión. Comenzamos identificando la Cadena Crítica del proyecto con la metodología CCPM (Critical Chain Project Management). Esto nos permite ver qué tareas realmente condicionan la entrega y asignar buffers de tiempo protectores donde de verdad hacen falta, en lugar de inflar cada actividad.

Complementamos con TAKT Planning, una forma de planear la obra como si fuera una fábrica: dividimos el proyecto en zonas repetitivas (pisos, habitaciones, áreas comunes) y establecemos un ritmo de avance (takt time) para cada edificio. Esto evita los clásicos cuellos de botella, permitiendo una producción más fluida y da claridad a los equipos sobre qué hacer, cuándo y dónde.

Ejecución y Control Operativo

Donde se pone a prueba todo lo planeado

Cuando por fin se inicia la construcción, el ambiente es diferente. El papel ya no aguanta más ideas y el sitio exige resultados. Aquí todo cuenta: la claridad de las instrucciones, la preparación de los equipos, la capacidad de reaccionar ante lo imprevisto. Es en esta etapa donde el poder del Last Planner System, una herramienta que, más allá de su nombre técnico, nos enseña a escucharnos entre todos, a comprometernos de verdad, a construir confianza mientras construimos muros y pisos.

Las reuniones cortas y constantes, los tableros visuales que muestran los avances, los porcentajes de cumplimiento que no son números fríos, sino alertas tempranas para corregir el rumbo… todo eso nos hace más ágiles. Complementamos con BIM 4D, integrando el tiempo en el modelo digital, y así logramos anticiparnos al caos. El control no está en tener más reuniones ni más reportes, sino en tener mejores conversaciones, más francas y más cercanas al terreno.

Cierre y Puesta en Marcha

La entrega es solo el principio

Casi nadie te prepara para el cierre. Uno cree que el proyecto termina cuando se inaugura, pero en realidad ahí es donde empieza su vida real. En los hoteles, como en la mayoría de proyectos complejos, esa vida se mide en experiencias del huésped (o del usuario), y por eso esta etapa es clave. Es entonces donde entra el concepto de Lean Commissioning, donde no se trata solo de encender sistemas, sino de garantizar que todo funcione como fue pensado, con la visión del operador desde antes de entregar.

Nos apoyamos también en el BIM As-Built, un modelo que no es una maqueta digital para guardar en un servidor, sino una herramienta viva para quienes gestionan el día a día del edificio. Es donde nos damos cuenta que el proyecto no se entrega: se transfiere, con cariño, con información clara, y con el mismo compromiso con el que fue construido.

Aprender a construir distinto

Cuando miramos hacia atrás, vemos que cada proyecto es un campo de ensayo. No siempre se sabe cómo hacerlo mejor desde el principio, pero cada error nos empuja a buscar nuevas respuestas. Estas metodologías no son recetas mágicas, pero sí caminos concretos para reducir la incertidumbre, mejorar la experiencia del equipo y entregar algo que valga la pena.

Tal vez no podamos implementarlas todas de una vez. Pero cada herramienta que integramos, cada proceso que mejoramos, cada conversación que abrimos… nos acerca un paso más a proyectos más humanos, más eficientes y, sobre todo, más posibles.

Porque al final, no se trata solo de terminar un edificio. Se trata de transformar la manera en que lo hacemos. De construir con más claridad, más coordinación, y sobre todo, más humanidad.


Descubre más desde Entre Obras y Reflexiones

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.